OJO DERECHO
En una cocina con sus puertas de ingreso apersianadas y de plástico desplegables, un hombre vestido de camisa a cuadros y campera beige con jeans, se encuentra frente a una heladera abierta, mirándola con expresión de desolación.
Las dos puertas de ingreso a la cocina, funcionan de marco a la escena central.
La heladera contiene un par de champagne y un vino, jugo de limón y más arriba muchos alimentos amontonados. En estos alimentos predomina el color amarillo.
De fondo, unas 6 ventanas por donde atraviesa la noche, hacia abajo, lo que parecería ser un caloventor. Hacia la derecha, un mueble de cocina y una luz que incide sobre la figura del hombre. Vemos sobre la cocina un extractor de aire y una puerta del mueble que esta sobre ella, semiabierta.
De allí sale una luz, que va de derecha a izquierda de la imagen.
Asimismo la heladera abierta irradia luz desde su interior. Esa luz da sobre el rostro del personaje, que tiene la frente levemente sobreexpuesta. Y el interior de la heladera puede dividirse en dos a partir de la iluminación: la parte superior bien iluminada con una luz blanca, y la parte inferior en penumbras.
Con respecto a la iluminación, el fondo tiene una tonalidad más cercana al verde, que contrasta y hace resaltar mas la iluminación que emana de la heladera.
Hay una alfombra en el piso de tono rojizo con dibujos geométricos. La pared del fondo que contiene las ventanas, tienen un leve tono verdoso
La cámara esta ubicada a la altura del torso del personaje
OJO IZQUIERDO
Hay cierta resignación, cierta desilusión por lo que el personaje ve en la heladera.
Volver del trabajo y encontrarse con eso, es frustrante.
Ni siquiera se saca la campera. Va directo a la heladera para ver si algún alimento, llena su vacío existencial.
La salida luz que le da un tono verde a la cocina, no tiene la claridad de la luz de la heladera, lo que genera un entorno aun más deprimente.
TERCER OJO
Un hombre de clase media vuelve del trabajo a su departamento a las 8PM. Su vida está vacía, no tiene amigos ni ex colegas que le sigan la pista. Se planta frente a su heladera para ver qué cenará, pero no encuentra nada que le llame la atención. Trata de meter su cuerpo adentro de la heladera, sin poder lograrlo. Quiere congelar el tiempo, pero de nada parece servirle al haber desperdiciado la mayor parte de su vida en un trabajo que no le gusta hacer.
Su vida esta vacía como la heladera.
Ni tiempo de ir a comprar productos para llenar esa heladera.
Ya no se queda frente a la heladera para buscar comida, sino en la espera de que su vida cambie, así como cada vez que volvemos a abrir la heladera para ver si mágicamente apareció algo nuevo para comer.
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